martes, 4 de mayo de 2010

Gabinete de Maravillas



Como consecuencia del desarrollo de las exploraciones y del descubrimiento de nuevas tierras, proliferan en la Europa moderna los gabinetes de maravillas.
Allí se reunían prodigios de los tres reinos naturales junto con las más notables realizaciones del ingenio humano. Sólo el positivismo decimonónico logrará acabar con la pasión salvaje de príncipes, sabios y amateurs para acumular desordanadamente curiosidades heterogéneas -pinturas, aves disecadas, instrumentos científicos, monstruos, antigüedades dudosas...- y confinarlas en la helada taxonomía de nuestros museos.
Un gabinete de maravillas era un microcosmos, un resumen del mundo que no pretendía comprender la totalidad de los objetos (como habrían de ambicionar los inventarios de los enciclopedistas) sino penetrar en los secretos íntimos de la Naturaleza por lo que ésta propone de más fantástico. A través de las colecciones de prodigios, el curioso podía llegar a atisbar, en su inventiva más íntima y sorprendente, el proceso de creación del mundo.
Texto: Fernando Delgado García

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